PROCRASTINAR NO ES SOLO APLAZAR NUESTRAS TAREAS Y OBLIGACIONES HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO.
La procrastinación no es cosa de vagos, ni de adolescentes, ni de perfeccionistas. La procrastinación está presente en todas las culturas, en todos los estratos sociales y en todos los rangos de edad.
Por otro lado, el ser un procrastinador o procrastinadora no puede ser la excusa para eludir nuestras responsabilidades, ya que, aunque no es sencillo, sí es posible cambiar los hábitos procrastinadores por otros que nos permitan gestionar nuestras obligaciones de una forma más eficaz.
Procrastinar: Qué es y Cómo evitarlo
Significado de procrastinar
Procrastinar significa retrasar de manera voluntaria e irracional una actividad o la toma de una decisión importantes mientras nos dedicamos a otras tareas de menor relevancia.
Es decir, procrastinar no es simplemente dejarlo todo para el último momento.
Para que podamos hablar de procrastinación, debemos ser conscientes de que estamos eludiendo nuestras responsabilidades y de las posibles consecuencias que esto puede acarrearnos.
Además, para que se trate de procrastinación, debe existir un componente irracional. Esto es, sabemos que sería mucho más beneficioso para nosotros realizar en el momento presente la tarea que estamos posponiendo. Es más, somos totalmente conscientes de que, tarde o temprano, tendremos que enfrentarnos al trabajo pendiente.
“La procrastinación es como una tarjeta de crédito: es muy divertida hasta que te llega el estado de tu cuenta”
Christopher Parker
Qué NO es procrastinar
A menudo, confundimos procrastinar con muchas acciones que no lo son.
A continuación, vamos a tratar de aclarar algunas de las falsas creencias acerca de la procrastinación.
❎Dejarlo para el final no es procrastinar
Es importante aclarar que dejar algo para el último momento, así, sin más, no es procrastinar.
Si decidimos de forma objetiva y racional, teniendo en cuenta los pros y los contras, dejar la tarea pendiente para el último día, no estamos procrastinando.
Quizás, tengamos cosas más importantes que hacer y estamos seguros/as de que ese trabajo puede esperar y de que, además, seremos capaces de realizarlo de forma satisfactoria en el plazo establecido. En este caso, estamos planificando de manera inteligente nuestros deberes.
❎Ser perfeccionista no es procrastinar
Durante mucho tiempo, se ha extendido la idea de que la procrastinación se debe al perfeccionismo.
Es decir, esta hipótesis presupone que quienes necesitan realizar un trabajo perfecto se pierden en los detalles. Así, dedican demasiado tiempo a la actividad y, al final, tienen que correr para acabarla a tiempo.
Sin duda, esta explicación ayuda a los procrastinadores y procrastinadoras a sentirse mejor. No obstante, los estudios demuestran que la relación entre perfeccionismo y procrastinación no es de causa y efecto.
Entonces, ¿de dónde viene esta idea?
Al parecer, la explicación reside en el hecho de que las personas perfeccionistas que, además, son procrastinadoras son más proclives a buscar ayuda profesional. Esto se debe a que experimentan un mayor malestar al no ser capaces de organizar de forma eficiente sus actividades y, también, a su mayor motivación por mejorar su rendimiento.
Por otro lado, las personas que procrastinan pero no son perfeccionistas, no sufrirán tanto al no obtener los resultados más óptimos ni buscarán ayuda profesional en la misma proporción.
De esta manera, se crea la falsa creencia de que ser perfeccionista y procrastinar están relacionados.
«No temas la perfección, nunca la alcanzarás»
Salvador Dalí
❎Ser vago/a no es procrastinar
A menudo, confundimos a las personas procrastinadoras con personas vagas. Sin embargo, la procrastinación no es holgazanería.
Las personas procrastinadoras, al contrario que las vagas, realmente quieren hacer aquello que tienen que hacer.
De hecho, en la mayoría de las ocasiones, llegan a cumplir con sus objetivos, eso sí, después de haber demorado la tarea todo lo posible. Esto, evidentemente, puede ocasionar que el resultado final no sea el esperado.
Consecuencias de la procrastinación
Sin duda, procrastinar es una fuente de problemas.
Para los estudiantes, la procrastinación es la causante de noches sin dormir, asignaturas suspendidas, ansiedad ante los exámenes y trabajos mediocres.
En el caso de trabajadores y trabajadoras, procrastinar puede suponer importantes dosis de estrés y ansiedad, al margen de los problemas con sus superiores.
Además, la procrastinación también puede perjudicar las relaciones de pareja, al posponer tareas domésticas y otras responsabilidades, y demás relaciones sociales.
Causas de la procrastinación
Hay tres variables que explican el porqué de la procrastinación: la impulsividad, el valor de la tarea y las expectativas de éxito.
✅Impulsividad
La impulsividad explica la tendencia a buscar una recompensa inmediata, aunque esta sea inferior a la que podríamos obtener si la aplazáramos.
Es decir, cuanto menor sea nuestra capacidad para autocontrolarnos y demorar la recompensa, más difícil nos será evitar la procrastinación.
✅Valor de la tarea
Obviamente, las tareas que más tendemos a alargar en el tiempo son aquellas que nos resultan aburridas o poco gratificantes.
Además, si algo no nos gusta, siempre encontraremos otras actividades más atractivas con las que sustituirlas.
Así, dejamos de estudiar, terminar un trabajo importante o arreglar los armarios y decidimos revisar nuestras redes sociales, ver una serie o redecorar el balcón.
✅Expectativas de éxito
Cuando tenemos ante nosotros/as una tarea que nos resulta complicada, que no sabemos cómo abordar o que no estamos seguros/as de poder acabarla con éxito, la procrastinación aparece para librarnos (al menos, momentáneamente) de la ansiedad ante las expectativas de fracaso.
En otras ocasiones, la confianza en nuestra capacidad de lograr acabar la tarea con éxito nos lleva a posponerla, pues pensamos que no tendremos problemas para resolverla en poco tiempo. Sin embargo, esto no suele ser lo habitual en las personas que tienden a procrastinar.
Cómo evitar la Procrastinación en 7 Pasos
Cambiar la forma en la que nos enfrentamos a las tareas que nos suponen un esfuerzo no es sencillo.
Si, además, la procrastinación es un hábito fuertemente enraizado en nuestro proceder y ya nos ha supuesto dificultades importantes, seguramente necesitaremos buscar ayuda de un profesional de la psicología para lograr nuevas estrategias y herramientas que nos permitan cambiar nuestra manera de enfrentarnos a nuestras obligaciones.
Si, por el contrario, la procrastinación no es un problema grave en tu día a día, estos consejos pueden serte muy útiles para acabar con los pequeños hábitos procrastinadores que nos afectan a todos (o casi todos y todas) en algún momento.
“Algún día no es un día de la semana”
Janet Dailey
1. Reflexión inicial: conociendo tu procrastinación
Para evitar la procrastinación es importante entender cómo nos afecta cada una de las variables explicadas en el apartado anterior.
Impulsividad:
◆ ¿Te resulta complicado aplazar una recompensa?
◆ ¿Buscas el beneficio inmediato?
◆ ¿Eres incapaz de renunciar a una actividad gratificante inmediata?
◆ ¿Cuáles son tus metas a largo plazo?
Valor de la tarea:
◆ ¿Qué actividades te resultan más aburridas?
◆ ¿Qué tareas te parecen una pérdida de tiempo?
◆ ¿Qué cosas haces solo por obligación?
Expectativas de éxito:
◆ ¿En qué áreas te ves poco competente?
◆ ¿Qué actividades te resultan más complicadas?
◆ ¿Qué te sientes incapaz de lograr?
◆ ¿Qué estás tratando de evitar: ansiedad, frustración, fracaso…?
◆ ¿Tienes una autoestima positiva?
◆ ¿Cómo te enfrentas a los fracasos?
◆ ¿Toleras bien la frustración?
2. Aumenta la tolerancia a la frustración
La frustración aparece cuando no logramos nuestros objetivos o cuando algo no resulta como esperábamos.
A menudo, detrás de la procrastinación hay un intento de aplazar o evitar la frustración.
Esto es, si no confiamos en nuestras posibilidades de conseguir salir airosos ante una demanda concreta, tratamos de aplazarla, e incluso nos rendimos y abandonamos la tarea. Así, evitamos enfrentarnos a la frustración ocasionada por no alcanzar nuestras metas. En nuestro artículo FRUSTRACIÓN: Significado y Tolerancia te damos las claves para comprender y aumentar la tolerancia a la frustración.
3. Divide y vencerás
Cuando te enfrentes a una tarea propicia a activar el mecanismo de la procrastinación, el primer paso es dividirla en pequeñas subtareas que nos resulten menos tediosas.
Así, tendremos una serie de objetivos intermedios más sencillos, claros y fáciles de lograr.
Escribe estas submetas y tenlas siempre a mano.
4. Planifica
Una vez dividida la tarea, haremos un plan lo más detallado y exhaustivo posible donde especificaremos los plazos en los que debemos acabar cada uno de los objetivos propuestos.
Te aconsejamos usar planificadores semanales para facilitarte la organización.
5. Busca el valor de la actividad
Si la actividad no tiene ningún valor para ti, es normal que trates de evitarla. Por tanto, antes de plantearte un objetivo, piensa si realmente quieres o necesitas lograrlo.
Por supuesto, todas las personas tenemos obligaciones que cumplir y, a veces, es difícil encontrar el valor intrínseco de estas acciones.
No obstante, tenemos que tomarnos un tiempo y pensar, desde todas las perspectivas, qué valor tiene la actividad que debemos realizar.
Quizás pensemos que el trabajo que nos han mandado no sirve para nada. Sin embargo, el valor puede ser no perder el empleo, lo que supone un importante incentivo para acabar la tarea.
Los estudiantes, pueden creer que lo que tienen que estudiar es una pérdida de tiempo. Pensar que el valor de estudiarlo es aprobar la asignatura, el curso o tener la nota suficiente para estudiar la carrera deseada, puede cambiar su forma de ver el trabajo pendiente.
El valor de otras tareas, en principio poco gratificantes, puede ser tener libre el fin de semana, no pelearse con la pareja, no acumular tareas desagradables, no discutir con familiares o amigos, o no tener que volver a repetirlas si las hacemos bien.
6. Analiza tus fortalezas y debilidades
En este punto la sinceridad es esencial. Sé sincero/a contigo/a mismo/a.
◆ Analiza qué habilidades y conocimientos son necesarios para completar la tarea.
◆ Reflexiona acerca de tus propias capacidades.
◆ Piensa si realmente eres capaz de lograr tu objetivo. Si no es así, busca la solución (pedir ayuda, recabar información, cambiar la meta…).
7. Evita la tentación de procrastinar
Haz una lista de todo lo que puede suponer un obstáculo para lograr tus metas (móvil, televisión,…) y de las actividades cómplices de tu procrastinación (salir con amigos, ver series, cocinar, revisar las redes sociales, etc.).
De esta manera, conocerás a tus enemigos y estarás preparado/a para combatirlos.
Lectura Recomendada sobre Procrastinación
Como mencionamos siempre en nuestros artículos, ningún libro, artículo o charla con un buen amigo puede sustituir la terapia psicológica.
Por consiguiente, si quieres cambiar tus hábitos, adquirir nuevas herramientas para enfrentarte a las dificultades o empezar una nueva etapa en tu vida, tu mejor alternativa es buscar la ayuda de un psicólogo o psicóloga experto en Psicología para Adultos.
Dicho esto, si quieres profundizar más acerca de la procrastinación, te recomendamos el siguiente libro.
📚 Procrastinación: por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy
El autor de este libro, el psicólogo canadiense Piers Steel, ha dedicado muchos años a la investigación acerca de la motivación y la procrastinación en nuestra sociedad.
La lectura de este libro te ayudará a entender los mecanismos de la procrastinación y te dará útiles herramientas para evitarla.
Lectura recomendada sobre la Gestión del Tiempo
Aprender a gestionar nuestro tiempo es esencial para evitar la procrastinación.
📚 Cuatro mil semanas: gestión del tiempo para mortales
Oliver Burkeman, el autor de este libro, quiere desterrar la idea de que es posible hacer todo lo que nos propongamos.
Esto, que puede parecer desalentador, es, en realidad, curiosamente liberador.
Es decir, si empezamos a pensar que nuestro tiempo es limitado, aprenderemos a priorizar nuestros objetivos.
Audiolibro recomendado para dejar de procrastinar
🎧 El audiolibro Autodisciplina te ayudará a centrarte en lo que realmente te importa y abandonar la procrastinación.
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Libros recomendados para cambiar de hábitos
📚 Hábitos atómicos: cambios pequeños, resultados extraordinarios
Este libro nos demuestra que, en muchas ocasiones, no es necesario hacer grandes cambios en nuestro día a día para obtener los resultados que deseamos.
📚 El club de las 5 de la mañana: controla tus mañanas, impulsa tu vida
Este best seller nos enseña a aprovechar nuestra mañanas de una forma diferente que nos permitirá, no solo aumentar nuestra eficacia y productividad, sino también mejorar nuestro bienestar psicológico y emocional.
📚 30 días: cambia de hábitos, cambia de vida
Con esta lectura aprenderemos a incluir pequeños pero necesarios cambios en nuestra rutina.
A modo de Conclusión: Procrastinar o el arte de posponer
Según estudios recientes, el 95% de las personas admiten que procrastinan. Además, para aproximadamente el 25% de estas personas, la procrastinación supone un problema en su vida diaria.
La procrastinación está relacionada con la impulsividad (tendencia a buscar recompensas inmediatas), el valor que le damos a las actividades que posponemos y las expectativas de alcanzar nuestros objetivos.
Nuestra capacidad de demorar las recompensas, la confianza que tengamos en nuestras habilidades (valor de la autoestima) y la tolerancia a la frustración son algunas de las claves para entender y evitar nuestra tendencia a procrastinar.
“Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes”
Confucio
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